Mira lo que has hecho consigue risas y lágrimas y, a la vez, que reflexionemos sobre nuestro tiempo partiendo de un argumento sencillo: la vida de Berto (interpretándose a sí mismo) y Sandra (Eva Ugarte) cambia cuando se convierten en padres por primera vez.

A priori la serie parece diseñada siguiendo la fórmula hollywoodense de un High Concept: una gran idea que cabe en una frase: Berto Romero se convierte en padre.

Los seguidores del cómico saben, por sus intervenciones en televisión, que tiene tres hijos pero no recuerdan haberlo visto ejercer como tal en una película o serie interpretándose a sí mismo. El planteamiento tiene gancho y nos encontramos conescenas inevitables: Berto Romero no duerme con los berrinches del hijo, cambia pañales, busca guardería… Pero los guiones escritos por Romero, Enric Pardo y Rafael Barceló no se quedan en la anécdota.

 

Mira lo que has hecho no hilvana artificiales escenas cómicas confiando en el protagonista (una piedra en la que han tropezado muchos comediantes de televisión). La serie se sostiene por sí misma. Sin astracanadas. Sin risas enlatadas. No hay aquí fiestas suntuosas a donde los protagonistas van disfrazados por error ni personajes que se hieren los unos a los otros colocando un chiste fácil cada 30 segundos del tipo «eres como» o «te pareces a» o «mira como…» (que ha envejecido a centenares series españolas en poco tiempo).

El humor en Mira lo que has hecho se centra en tres temas y cada uno tiene un tono:

–Las situaciones cotidianas con un tono realista.

–Las pesadillas de los padres primerizos con un tono cómico-dramático.

–La metatelevisión navega entre el realismo y el absurdo.

Las situaciones cotidianas

La comedia creada por Berto Romero no duda en cuestionar o burlarse de personajes de pensamientos y modos de vida diferentes que son fácilmente reconocibles por el público.

La familia

Hay tensión en las reuniones familiares. Por ejemplo: el padre de Berto es vulgar e irreverente. El estirado suegro representa a cierta clase media alta arrogante apegada a las tradiciones españolas y, además, se siente martirizado por su hija menor cuyo arte ataca las convicciones del padre.

Sin embargo, no hay diálogos hirientes de los unos contra los otros. Tampoco unos personajes preparan bromas pesadas contra otros. Simplemente, los guiones muestra cómo los personajes deben soportarse en determinadas situaciones. Hechos fortuitos o accidentales hacen reír a unos y molesta a otros. Como la vida misma.

Estos personajes son retratados con ternura. Así nos resultan cercanos, más allá de los clichés que inicialmente representan y hacen creíbles los breves pero intensos momentos dramáticos.

La guardería

La guardería pone a Berto y Sandra en contacto con personajes que enarbolan banderas de tolerancia y modernidad pero cargados de fobias y prejuicios, y aires de superioridad moral. En este ambiente Berto representa a la persona común fuera de lugar.

Los amigos

Hay amigos con los que ir a tomar cañas y contarles intimidades, y las amistades artificiales (más bien, amistades de la esposa) a las que se visita más por compromiso que por gusto. Entre los últimos, están los padres del hijo youtuber en el episodio estructuralmente más complejo y la escena más marciana: el enfrentamiento entre youtubers que evoca una película del oeste.

Metatelevisión

No salen platós de televisión y apenas hay cuatro o cinco apariciones fugaces de Berto como monologuista. Sin embargo, la profesión del protagonista es motivo de discusión y reflexión:

–Se plantea si la televisión como entretenimiento es un vehículo en decadencia frente a Youtube. Personas cercanas a Berto le sugieren que haga un vídeo viral. En otro momento, Berto es reconocido por haber participado en el vídeo de un conocido youtuber.

–El personaje del youtuber pseudoadolescente violento ayuda a Berto Romero a poner sobre el tapete el tema sobre qué es humor y dónde están los límites.

–Berto es requerido para selfis o para que visite a niños enfermos aunque esté desanimado.

Mira lo que has hecho no tiene reparos en reírse de unos y de otros sin hacer sangre, con procedimientos sencillos:

–Las reacciones y los comentarios (sin moralina intelectual) de Berto Romero al hilo de lo sucede. No sienta cátedra de la vida a través de monólogos.

–La telegrafía de la comedia: un recurso peligroso que los guionistas de Mira lo que has hecho maneja bien. Nos convierte en adolescentes que comienzan a reírse de una broma desde el momento de la concepción. (La cámara dirigida por Carlos Therón remarca los elementos que propiciarán el humor). Solo que aquí no son los personajes quienes preparan la broma: surge de la propia torpeza.

Aunque Berto Romero es la estrella no actúa como tal ni se lleva siempre los mejores momentos y chistes. Mira lo que has hecho es, antes que otra cosa, la historia de una pareja.

La ficticia esposa de Berto tiene gran peso dramático. Ella, como madre primeriza, es acosada por aquellos que de buena fe o de manera malintencionada le aconsejan qué hacer con el niño: desde cuándo destetarlo a qué nacionalidad tiene la niñera perfecta. Como muchas madres, debe conciliar su trabajo (anestesista) con la vida familiar y soportar la incomprensión de todos.

Los actos banales acercan Mira lo que has hecho a la comedia de nada (comedia de la vida corriente) que parte con Seinfeld y ha derivado en un amplio listado de series interpretadas por monologuistas. Aquí Berto Romero sale airoso. Como todo cómico inteligente sabe manejar tanto los resortes de la comedia como del drama y consigue que Mira lo que has hecho sea una pequeña catarsis de la realidad.